Dolor postquirúrgico

El dolor discógeno (relativo al disco intervertebral) es un gran reto diagnóstico que involucra a traumatólogos, neurocirujanos y algólogos en el tratamiento del dolor lumbar. Los tratamientos quirúrgicos han sido controvertidos (es decir que son motivo de discusión por opiniones contrapuestas) para aliviar el dolor discógeno puro; es por ello por lo que han surgido múltiples tratamientos mínimamente invasivos que intentar dar alivio a esta patología discal evitando en lo posible una cirugía invasiva.

Las cirugías como: laminectomía (crear un espacio mediante la extracción de la lámina que es la parte posterior de la vértebra que disectomía (extracción quirúrgica de la parte dañada de una hernia de disco) o artrodesis vertebral (cirugía para fusionar de manera permanente dos o más huesos en la columna vertebral para que no haya movimiento) tienen un porcentaje de éxito que oscila entre 60-80% de acuerdo a los reportes científicos, sin embargo, existe la complicación más temida que es el “síndrome poslaminectomía” o “espalda fallida” que se caracteriza por dolor persistente con o sin irradiación.

Entre los procedimientos mínimamente invasivos que son de utilidad cuando se presenta el síndrome de espalda fallida, son la rizólisis (denervación) con radiofrecuencia y las disectomías percutáneas térmicas bajo control fluoroscópico (técnica de imagen usada en medicina para obtener imágenes en tiempo real de las estructuras internas de los pacientes).